Silvia Fendrik

Letra Viva

 

El célebre aforismo de Lacan: "No me imiten, hagan lo que yo hago", fue anticipado y sostenido tempranamente por Francoise Dolto y Maud Mannoli, las grandes protagonistas de este cuarto libro de la serie. Sin embargo, los textos fundantes del análisis de niños lacaniano, los que permiten afirmar que el psicoanálisis con niños es "uno" con el psicoanálisis, han sufrido un borramiento que se traduce actualmente en una sintomática fala de interés en esas autoras no-todo lacanianas. Los analistas lacanianos ya casi no las leen, sino superficialmente, para rápidamente manifestarse contra ellas y demostrar con aires de superioridad, de modos inequívocamente corporativos, que han sido definitivamente superadas. Así, Jenny Aybry no será conocida por su propio recorrido sino por haber sido la madre de Elizabeth Roudinesco y la destinaria de dos famosas cartas de Lacan. Así, Francoise Dolto será coniderada como hereje por la doxa lacaniana, y Maud Mannoni víctima de los lugares comunes que rechazan las manifestaciones de originalidad. Freud, Lacana, los amos de las instituciones, y las exhibiciones de destreza clínica hoy alcanzan y sobran para que los analistas de niños sostengan que el análisis con niños es una práctica de pleno derecho.

El análisis de niños carentes de una dosis adecuada de "primary love", es una de las fuentes en las que abrevó Lacan para reconducir el psicoanálisis por la senda freudiana. Pero no fueron los Juanitos de los inicios -hijos de analistas, de analizados, o de simpatizantes con la causa analítica, como eran los pacientes de los primeros analistas de niños-, sino niños de otra especie los que fundan el psicoanálisis lacaniano de niños. Niños-lobos que no hablan la misma lengua de los analistas, o que no hablan ninguna lengua. Pero niñosque al ser escuchados/ hablados/ leídos por los analístas pueden llegar a transformarse en hablantes/deseantes. ¿Acaso no son estos niños y sus analistas quienes ponen todo el tiempo a prueba las normas establecidad de la cura-tipo?

Los nombres de Jenny Aubry, Francoise Dolto, Muad Mannoni, Rosine Lefort, Ginette Raimbault, no sólo tienen un valor histórico o anecdótico. Fueron ni más ni menos que el brazo armado de este Lacan queGinete Raimbault en la entrevista que cierra el libro, lamenta que se haya perdido. Ese "Lacan Lacan" que apoyó de un modo circustancial para su propia enseñanza a los analistas de niños.

                                                                                                                                                                                         S.R

Psicoanalistas de niños. La verdadera historia.

Sin stock
Psicoanalistas de niños. La verdadera historia.
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Silvia Fendrik

Letra Viva

 

El célebre aforismo de Lacan: "No me imiten, hagan lo que yo hago", fue anticipado y sostenido tempranamente por Francoise Dolto y Maud Mannoli, las grandes protagonistas de este cuarto libro de la serie. Sin embargo, los textos fundantes del análisis de niños lacaniano, los que permiten afirmar que el psicoanálisis con niños es "uno" con el psicoanálisis, han sufrido un borramiento que se traduce actualmente en una sintomática fala de interés en esas autoras no-todo lacanianas. Los analistas lacanianos ya casi no las leen, sino superficialmente, para rápidamente manifestarse contra ellas y demostrar con aires de superioridad, de modos inequívocamente corporativos, que han sido definitivamente superadas. Así, Jenny Aybry no será conocida por su propio recorrido sino por haber sido la madre de Elizabeth Roudinesco y la destinaria de dos famosas cartas de Lacan. Así, Francoise Dolto será coniderada como hereje por la doxa lacaniana, y Maud Mannoni víctima de los lugares comunes que rechazan las manifestaciones de originalidad. Freud, Lacana, los amos de las instituciones, y las exhibiciones de destreza clínica hoy alcanzan y sobran para que los analistas de niños sostengan que el análisis con niños es una práctica de pleno derecho.

El análisis de niños carentes de una dosis adecuada de "primary love", es una de las fuentes en las que abrevó Lacan para reconducir el psicoanálisis por la senda freudiana. Pero no fueron los Juanitos de los inicios -hijos de analistas, de analizados, o de simpatizantes con la causa analítica, como eran los pacientes de los primeros analistas de niños-, sino niños de otra especie los que fundan el psicoanálisis lacaniano de niños. Niños-lobos que no hablan la misma lengua de los analistas, o que no hablan ninguna lengua. Pero niñosque al ser escuchados/ hablados/ leídos por los analístas pueden llegar a transformarse en hablantes/deseantes. ¿Acaso no son estos niños y sus analistas quienes ponen todo el tiempo a prueba las normas establecidad de la cura-tipo?

Los nombres de Jenny Aubry, Francoise Dolto, Muad Mannoni, Rosine Lefort, Ginette Raimbault, no sólo tienen un valor histórico o anecdótico. Fueron ni más ni menos que el brazo armado de este Lacan queGinete Raimbault en la entrevista que cierra el libro, lamenta que se haya perdido. Ese "Lacan Lacan" que apoyó de un modo circustancial para su propia enseñanza a los analistas de niños.

                                                                                                                                                                                         S.R