Premio Piesía
Bienal Arte Joven Buenos Aires 2019
Gog & Magog

Abrir la puerta de un libro de poemas, y más aún de una antología, es como espiar el infinito, un torrente de imágenes, sonidos y sentidos cuyo alcance siempre excede los miles de significados que podamos darles.
No voy a enfocarme en la actitud con que cada poeta tiñe el sentido último de su poesía, su aniversario único, su modo exclusivo de tocar el misterio con la alquimia de sus versos, sino que voy a tomar el conjunto de estos 15 poetas como un coro, una sola voz con sus matices y modulaciones, sujeto plurar que hace la poesía de una época. Una lectura de dimensión histórica que considera las circustancias que los poetas comparten y que se vuelven palabra en los poemas, entetejidos con la sustancia misma de la vida.  En ese sentido, encuentro esta antología empapada por la ola feminista. La ola arrasa, revuelca y salpica. Ni un grano de arena, ni una letra permancen ya es su antiguo lugar. Se revisan las prácticas, los modos, la distribución de todo. Se transforma el lenguaje, los pensamientos, los hechos, la mirada que desoculta.
Además, así como en una época reinó la primera persona con el yoismo y en otra la tercera de la épica o las formas impersonales o abstractas, es la segunda la que tiene primacía en la poesía actual. 
Gran parte de los poemas de este libro están escritos en segunda persona, presentificando a uno otro, poniendo las palabras en las arcas del amor y la amistad.
Y me alegro por los caminos que hoy transitan, por este tiempo de transformaciones, de revelaciones. Me gusta que los poetas se ubiquen en ese lugar que lo personal es político, la tecnología se usa para expresar verdades íntima, emocionales sociales. Y ya amistad está presente como una forma muy copada del amor.
                                                                                                                        Roberta Iannamico

Los poetas. Antología

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Gog & Magog

Abrir la puerta de un libro de poemas, y más aún de una antología, es como espiar el infinito, un torrente de imágenes, sonidos y sentidos cuyo alcance siempre excede los miles de significados que podamos darles.
No voy a enfocarme en la actitud con que cada poeta tiñe el sentido último de su poesía, su aniversario único, su modo exclusivo de tocar el misterio con la alquimia de sus versos, sino que voy a tomar el conjunto de estos 15 poetas como un coro, una sola voz con sus matices y modulaciones, sujeto plurar que hace la poesía de una época. Una lectura de dimensión histórica que considera las circustancias que los poetas comparten y que se vuelven palabra en los poemas, entetejidos con la sustancia misma de la vida.  En ese sentido, encuentro esta antología empapada por la ola feminista. La ola arrasa, revuelca y salpica. Ni un grano de arena, ni una letra permancen ya es su antiguo lugar. Se revisan las prácticas, los modos, la distribución de todo. Se transforma el lenguaje, los pensamientos, los hechos, la mirada que desoculta.
Además, así como en una época reinó la primera persona con el yoismo y en otra la tercera de la épica o las formas impersonales o abstractas, es la segunda la que tiene primacía en la poesía actual. 
Gran parte de los poemas de este libro están escritos en segunda persona, presentificando a uno otro, poniendo las palabras en las arcas del amor y la amistad.
Y me alegro por los caminos que hoy transitan, por este tiempo de transformaciones, de revelaciones. Me gusta que los poetas se ubiquen en ese lugar que lo personal es político, la tecnología se usa para expresar verdades íntima, emocionales sociales. Y ya amistad está presente como una forma muy copada del amor.
                                                                                                                        Roberta Iannamico