Angélica Gorodischer
Emecé 

“Y aun cuando no sé en qué idioma está escrito eso que está escrito, yo lo leí y lo entendí. Y porque lo entendí el mundo ya era otro, la vida ya era otra.”

Hay una mujer que se procura un arma, porque debe defenderse de las alimañas que trajo la crecida y se alimentan de carne humana. Un sacerdote en una pequeña ciudad logra concebir que el mundo que habitamos los hombres no puede ser el centro del universo. Una joven monja descubre una cala en el alféizar de la ventana y, contra los deseos de la Madre Superiora, la riega, la cuida, la hace suya. La alumna nueva, tan rubia y modosita, despierta la envidia en el corazón de sus compañeras, que se confabulan para crucificarla y, sin proponérselo, alcanzan en ese instante el nirvana.
Jugando con las palabras que dan nombre a cada cuento Angélica Gorodischer presenta un conjunto de historias que abarcan mucho más que lo que está escrito en sus páginas. Con una prosa que fluye como el agua, arrastra al lector en una correntada que lo aleja de las orillas y lo lleva a otros lugares, otros tiempos, otros destinos.
En Coro, Gorodischer pone en marcha un universo de personajes diversos, y los dota de una voz que permite entrever los pliegues secretos de su alma, destellos de pensamientos, anhelos y deseos que el lector, casi sin darse cuenta, hace propios.

Coro.

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Angélica Gorodischer
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“Y aun cuando no sé en qué idioma está escrito eso que está escrito, yo lo leí y lo entendí. Y porque lo entendí el mundo ya era otro, la vida ya era otra.”

Hay una mujer que se procura un arma, porque debe defenderse de las alimañas que trajo la crecida y se alimentan de carne humana. Un sacerdote en una pequeña ciudad logra concebir que el mundo que habitamos los hombres no puede ser el centro del universo. Una joven monja descubre una cala en el alféizar de la ventana y, contra los deseos de la Madre Superiora, la riega, la cuida, la hace suya. La alumna nueva, tan rubia y modosita, despierta la envidia en el corazón de sus compañeras, que se confabulan para crucificarla y, sin proponérselo, alcanzan en ese instante el nirvana.
Jugando con las palabras que dan nombre a cada cuento Angélica Gorodischer presenta un conjunto de historias que abarcan mucho más que lo que está escrito en sus páginas. Con una prosa que fluye como el agua, arrastra al lector en una correntada que lo aleja de las orillas y lo lleva a otros lugares, otros tiempos, otros destinos.
En Coro, Gorodischer pone en marcha un universo de personajes diversos, y los dota de una voz que permite entrever los pliegues secretos de su alma, destellos de pensamientos, anhelos y deseos que el lector, casi sin darse cuenta, hace propios.