Triunfo Arciniegas e ilust de Álvaro Sánchez 
Bogotá, Cataplum Libros, 2017, pp. 51-53


(Fragmento)

No tengo suerte con las ovejas. Se burlan de mí. El otro día atrapé una oveja verde. Sé que no hay ovejas verdes, pero ésta fue la única que se dejó alcanzar. El hambre no está como para despreciar un color.
            Le di un mordisco y me quedó la boca llena de lana verde y amarga. Estuve vomitando todo el día. Y todo el día oí las risas de las ovejas.
            Y en la noche, para colmo de males, tuve un susto de muerte. Una extraña criatura cubierta de hojas secas me persiguió hasta la cima de la montaña. Me hizo suplicar por mi vida. Y luego se quitó una tras otra las hojas secas que se había pegado con miel. Huyó antes de que le diera un mordisco. Maldita oveja.
            –Te dejé un tarrito de miel para que me perdones la broma –gritó.
            Encontré el tarrito y lo abrí. No era miel. Eran abejas. Docenas de furiosas abejas que me atacaron sin piedad.
            La hinchazón me duró tres días.
           Abundan las ovejas en el valle pero no tengo suerte. Por eso mismo abundan.

Cuando el mundo era así.

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Triunfo Arciniegas e ilust de Álvaro Sánchez 
Bogotá, Cataplum Libros, 2017, pp. 51-53


(Fragmento)

No tengo suerte con las ovejas. Se burlan de mí. El otro día atrapé una oveja verde. Sé que no hay ovejas verdes, pero ésta fue la única que se dejó alcanzar. El hambre no está como para despreciar un color.
            Le di un mordisco y me quedó la boca llena de lana verde y amarga. Estuve vomitando todo el día. Y todo el día oí las risas de las ovejas.
            Y en la noche, para colmo de males, tuve un susto de muerte. Una extraña criatura cubierta de hojas secas me persiguió hasta la cima de la montaña. Me hizo suplicar por mi vida. Y luego se quitó una tras otra las hojas secas que se había pegado con miel. Huyó antes de que le diera un mordisco. Maldita oveja.
            –Te dejé un tarrito de miel para que me perdones la broma –gritó.
            Encontré el tarrito y lo abrí. No era miel. Eran abejas. Docenas de furiosas abejas que me atacaron sin piedad.
            La hinchazón me duró tres días.
           Abundan las ovejas en el valle pero no tengo suerte. Por eso mismo abundan.